Maria Baptista - Inolvidable cierre de Colombiamoda en sus 30 años

Este jueves llegó a su fin la edición 30 de Colombiamoda, la principal semana de la moda en Colombia y una de las más importantes de América Latina y que cada año se realiza en Medellín.

Fueron tres intensos días que reunió a un interesante grupo de varias generaciones de la moda colombiana, así mismo, propuestas orientadas a diversos segmentos. En el último día, en la pasarela de apertura de cada jornada, Non Stop Moda a la Colombiana, que tuvo a Livenza, la cual debutó con una colección de lencería compuesta por bodys, brasiers, tops y bottoms, confeccionados en telas transparentes y encajes; así mismo, varios diseños de pijamas y kimonos, prendas estampadas con motivos florales.

En seguida, en la misma pasarela, estuvo Le´Zapatiere; marca bogotana, especialmente dirigida al público millenial. En esta oportunidad, el joven equipo creativo decidió aventurarse con su primera colección pret-a-porter, llamada Unbreakable. Un homenaje a la rebeldía, la libertad de expresión, la individualidad y el carisma, que han heredado las nuevas generaciones: diseños femeninos y masculinos que aludieron una estética, techno y un tanto industrial, materializada en enterizos, camisetas estampadas, faldas, pantalones y jeans. Pero además, los zapatos de maxi plataforma, un ícono de la marca.

La tarde continuó con la Pasarela Maxi – Retro de la Fundación del Área Andina, el aporte académico a la jornada. Colecciones que giraron en torno al barroquismo excéntrico, lo hiper romántico o la sensualidad, llenaron de brillo y color la pasarela.

A las tres de la tarde se presento la primera alianza estratégica del día, la Pasarela Alma + Bronzini + Isabel Henao. Una colección que exploró el universo loungewear a través del desarrollo de prendas versátiles, femeninas y muy elegantes, cuyas texturas lisas y suaves se destacaron. La colección estará a la venta a partir de este fin de semana y un porcentaje de sus ventas se destinará a la Fundación AlmaRosa, la cual trabaja en el apoyo a las mujeres que padecen cáncer de seno y la detección temprana de esta enfermedad.

PARA LOS JÓVENES

De otro lado, El Cubo, fue un espacio para los jóvenes creadores con diseños atrevidos y vanguardistas, como lo presentado por Aquamanile, dirigida al segmento swimwear; MDCR, vestuario femenino con una influencia arquitectónica; The Nylon Club, especializada en medias de diseño para la mujer, bodys y ropa interior. Y, finalmente, Yuu, una propuesta arriesgada y conceptual, que procura diseñar prendas con un alto componente manual, como el bordado.

Mientras tanto, al interior de La Caja de Madera, otro de los espacios de Colombiamoda, los desfiles continuaron con la Pasarela Marketing Personal, marca cuyo canal de ventas son los catálogos y, que en esta oportunidad, presentó una colección veraniega, pensada para la funcionalidad del armario femenino, segmentada en sus tres principales consumidoras: la mujer sexy, las mujer casual y la mujer urbana.

En cuanto a las sinergias, una importante unión, corrió por cuenta de Havaianas en alianza con la diseñadora Alexandra Bueno y su colección Andariega. Un sentido homenaje a las recolectoras de café del país. Mujeres que inspiraron diseños femeninos en siluetas ajustadas y volúmenes localizados, especialmente, en las mangas. Looks, cuyo calzado osciló entre las clásicas y nuevas referencias de la reconocida marca brasileña.

La noche tuvo como primer protagonista a la Pasarela Chevrolet Fashion Night by Andrés Otálora, una reminiscencia a la moda de la década del ochenta, particularmente, a la estética que se vivió durante esta época en Venezuela. La elegancia de la mujer latina en todo su esplendor, materializada en una colección femenina y versátil, pues la intención del diseñador fue que pudiese ser usada para distintas ocasiones.

Finalmente, la pasarela de cierre de la edición número treinta de La Semana de la Moda de Colombia, estuvo a cargo de la firma Alado. Alejandro González y Andrés Restrepo, creativos de la marca, presentaron Terracota, una colección inspirada en el encuentro de las manos con el barro.

Precisamente, a lo largo de la pasarela, estaban dispuestos una serie de grandes tótems de cerámica, una puesta en escena que evocó las salas de un museo de antropología. Un espacio que se tornó emotivo y místico, cuando al inicio del desfile, se escucharon melodías propias del folclor latinoamericano y las modelos iniciaron su recorrido.

Terracota es una historia de moda que se apreció en cuatro momentos: Ráquira, prendas inspiradas en la transformación que sufre el barro con el agua. Chamba, diseños que aluden al contacto de las piezas con el fuego. Guajira, una serie de atuendos en los que se destacan el colorido y las grafías. Novias, un momento dedicado a una de las líneas más importantes de la marca, que en esta oportunidad, incluyó trajes pintados a mano por artesanos de El Carmen de Viboral. El desfile terminó con El Carmen, prendas blancas y lustrosas, intervenidas con grafías propias de la cerámica de este lugar.



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