Maria Baptista - The Meg: el regreso del cine de tiburones

Rodrigo Martínez Moreno.
Twitter: @rizdesouris

El horror natural es un subgénero que ha logrado mantenerse vigente desde los inicios del cine comercial hasta el día de hoy. En las películas que se agrupan bajo esta categoría, el peligro y la maldad suelen estar encarnados en animales monstruosos, apelando a uno de los grandes terrores que ha atormentado al ser humano desde sus primeras etapas del proceso evolutivo: el miedo a ser devorado por las criaturas de la naturaleza.

Todo comenzó en 1925 con la adaptación cinematográfica de una exitosa novela de dinosaurios escrita por Sir Arthur Conan Doyle. The Lost World fue dirigida por Harry O. Hoy, una película silente que es considerada un hito en la historia de la animación, particularmente de la técnica del stop motion, y que además representa el nacimiento de un nicho, desde aquel momento los espectadores del séptimo arte voltearían a ver cada vez que una criatura monstruosa amenazara con devorar las salas de cine.

Al igual que en la vida real, donde algunas personas sufren de fobia a los perros, otras a las ratas, y otras, inclusive, a las inofensivas salamanquesas, en el cine ha habido espacio para retratar la faceta aterradora de cuanto animal existe, Creature From The Black Lagoon (1954) en Estados Unidos y Godzilla (1954) en Japón son dos de los grandes exponentes del género tal y como era concebido a mediados del siglo XX. En 1963, el maestro del suspenso, Alfred Hitchcock sorprendería al mundo con The Birds, una cinta exquisita donde las aves se convierten en el mayor depredador del ser humano durante dos horas.

Sería hasta 1975 que el horror natural alcanzaría su punto más alto y más aterrador en la gran pantalla. Ese año, Jaws, distribuida en Colombia como Tiburón, de Steven Spielberg, se convirtió en la película más taquillera en la historia del cine hasta aquel momento, desbancando a The Godfather (1972) y siendo únicamente superada dos años después por Star Wars: A New Hope (1977). La banda sonora de John Williams, el meticuloso desarrollo de personajes verosímiles, y los impresionantes efectos especiales, son solo algunos de los elementos que ponen a Tiburón como una de las películas más influyentes en la historia del horror hollywoodense, y precursora de un subgénero hasta aquel momento inexistente: el horror de tiburones.

De todos los seres vivos que podrían encontrar un bocadillo potencial en los exponentes de la raza humana, ninguno ha tenido tanta satanización en el cine como el tiburón, a Jaws se le suman cintas como Deep Blue Sea (1999), Open Water (2003), y The Shallows (2016).

El año 2018 recibe la sorpresiva entrega de The Meg, una película protagonizada por los actores Jason Statham y Li Bingbing, y que está rompiendo la taquilla global. La entretenida cinta es una coproducción entre Estados Unidos y China, que cuenta con un despliegue espectacular de efectos especiales donde la criatura de las pesadillas es un tiburón prehistórico, el extinto Megalodón. El mayor mérito de The Meg es haber logrado sacar al género de tiburones de las oscuras profundidades del cine clase B, donde lo mantuvieron relegado por culpa de cintas como Sharktopus (2010) y Sharknado (2015).



fuente EL UNIVERSAL - Farándula https://ift.tt/2MOAMFk

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